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Apr 18, 2001

artículo: "hay comercio, pero no economía"

2011-04-19
[en] [fr]
la autoridad nacional palestina (ANP) se prepara para fundar un estado en el menor tiempo posible. pero su economía sigue muy dependiente de israel y a su industria le cuesta recuperarse de la segunda intifada, que estalló en 2000. (...) [>>>]

artículo: "Hay comercio, pero no economía"

2011-04-19
[en] [fr]
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se prepara para fundar un Estado en el menor tiempo posible. Pero su economía sigue muy dependiente de Israel y a su industria le cuesta recuperarse de la segunda Intifada, que estalló en 2000.

Los avances de la ANP en la creación de instituciones y mejora de las funciones del gobierno indican que está bien ubicado para crear un Estado, señala un informe del Banco Mundial y del coordinador especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Medio Oriente.

El crecimiento del producto interno bruto de Cisjordania alcanzó 7,6 por ciento en 2010, dijo el Banco Mundial. Pero según la institución, el alza obedece al aporte de los donantes y "refleja una recuperación respecto del bajo nivel alcanzado durante la segunda Intifada", el alzamiento popular contra la ocupación israelí.

El crecimiento tampoco es sostenible y "sigue obstaculizado por las restricciones israelíes", señala el informe. No todos los sectores de la economía palestina crecen. La construcción está en auge, pero la producción industrial cayó casi seis por ciento, 10 por ciento por debajo del nivel registrado en 1999, según la institución.
Las principales calles de la ciudad de Nablús, entre los montes Ebal y Gerizim, en el norte de Cisjordania, que fueron destruidas por topadoras y tanques israelíes hace casi una década, ahora están repletas de automóviles y los semáforos reemplazaron el caos en el tránsito.

El complejo Al Mujamma, con vista a la parte antigua, tiene un centro comercial, un cine y alberga varias empresas y estación de taxis subterránea.

"No es como antes de la Intifada", advierte Basel H. Kanaan, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Nablús, pese a la cantidad de personas que se concentran los sábados en los bulliciosos mercados.

En Jan al Tujjar, en la Ciudad Vieja donde hace siglos se vendías ropas traídas de Damasco y El Cairo, ahora se comercializan productos de mala calidad, procedentes de China.

"Los productos chinos destruyen nuestros negocios", se lamentó Kanaa. Los fabricantes locales apenas pueden competir.

Desde hace tiempo, Nablús ha sido el centro más importante de tejidos y telas teñidas. La industria de la vestimenta solía fabricar ropa barata para los campesinos y la clase media de las ciudades.

Se estima que el subsector emplea actualmente unos 65.000 trabajadores, que contribuyen a 15 por ciento de la producción industrial. Nablús tiene la mayor concentración de empresas textiles. La mayoría de ellas tiene menos de 10 empleados.
Moaz Hlihil tiene 15 empleados en el barrio de Aqaba, en el casco antiguo. Su empresa funciona en una vieja casa de piedra con techo en forma de arco que está llena de ropa, hilos y cajas de madera. En una pared cuelga una fotografía del líder histórico Yasser Arafat (1929-2004), quien declaró unilateralmente la independencia de Palestina en 1988.

"Trabajamos con Israel", señaló Hlihil. "Las oportunidades son limitadas porque vivimos en estado de sitio. El Estado judío es el único mercado que tenemos", apuntó.

La mayoría de los fabricantes palestinos están subcontratados por empresas israelíes, que se benefician de los bajos salarios de Cisjordania.

La fabricación de ropa tiene varias etapas. Una vez que se tiene el diseño, se corta la tela y se cose. Luego se lava, se plancha, se embala y se distribuye. Los palestinos suelen dedicarse al corte. Cuando la ropa llega a Israel, se vende en el mercado local o se exporta con etiqueta israelí.

La empresa de Hlihil es una de las pocas que diseña y corta la tela. "El trabajo es el mismo, es una rutina", explicó. Durante la Intifada siguió produciendo, pese a las difícil conyuntura. "La situación era mala, no mejoró y sigue así", añadió.

Los empleados de Hlihil ganan 20 dólares al día. Los israelíes pagan por pieza. "Es fácil. Si trabajamos, ganamos", indicó. A veces no hay pedidos y los trabajadores se ven obligados a encontrar otra forma de mantener sus ingresos.

Es difícil planificar porque el trabajo depende de la demanda, reconoció.
El desempleo en Cisjordania disminuyó 16,9 por ciento en el último trimestre de 2010, según el Banco Mundial, pero sigue alto.

"Antes de la Intifada solíamos tener trabajo todos los días", señaló Mohammad al Abhbar, uno de los empleados de Hlihil. "Nuestros ingresos eran mejores porque nuestros gastos eran más bajos", añadió.

El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Nablús se mostró contento con la reanudación de los vínculos entre empresarios israelíes y fabricantes palestinos. Kanaan no considera que los subcontratos textiles sean un problema. "Nos dan dinero y nuestra gente tiene trabajo", señaló con una sonrisa.

"En Nablús tenemos comercio, pero no economía", apuntó, con expresión seria. La industria tiene problemas porque muchas fábricas fueron destruidas durante la Intifada. "No se produce valor aquí, sólo hay comercio, que hace circular el dinero de un bolsillo a otro", añadió.
Sólo los fabricantes de muebles mejoraron en Nablús, indicó Kanaan.

"El año 2010 fue excelente, el mejor después de mucho tiempo", señaló Amer Nayef Qatalony, del poblado de Zawata, vecino de esta ciudad.

Cuando el ejército atacó Nablús en 2002 y la ciudad estuvo bajo toque de queda por casi 200 días, la empresa escapó a ar-Ram, cerca de Jerusalén, pero en 2006 volvió a esta ciudad. "Desde entonces, nuestra situación mejora lentamente, pero de forma constante", indicó Qatalony.

La competencia china presiona los precios a la baja y pone en peligro a las empresas locales, explicó Qatalony, quien añadió que está seguro de que mucha gente sabe que los muebles palestinos son mejores. "Por suerte, no todos los clientes se fijan sólo en el precio", añadió.

El aumento de las ventas permitió a la compañía tener 90 empleados, respecto de los 30 antes del levantamiento popular de 2000. "Solían venir clientes de Israel y de toda Cisjordania", recordó. La tendencia se recupera lentamente.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith aquí en IPS Inter Press Service.

artículo: "Hay comercio, pero no economía"

2011-04-19
[en]
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se prepara para fundar un Estado en el menor tiempo posible. Pero su economía sigue muy dependiente de Israel y a su industria le cuesta recuperarse de la segunda Intifada, que estalló en 2000.

Los avances de la ANP en la creación de instituciones y mejora de las funciones del gobierno indican que está bien ubicado para crear un Estado, señala un informe del Banco Mundial y del coordinador especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Medio Oriente.

El crecimiento del producto interno bruto de Cisjordania alcanzó 7,6 por ciento en 2010, dijo el Banco Mundial. Pero según la institución, el alza obedece al aporte de los donantes y "refleja una recuperación respecto del bajo nivel alcanzado durante la segunda Intifada", el alzamiento popular contra la ocupación israelí.

El crecimiento tampoco es sostenible y "sigue obstaculizado por las restricciones israelíes", señala el informe. No todos los sectores de la economía palestina crecen. La construcción está en auge, pero la producción industrial cayó casi seis por ciento, 10 por ciento por debajo del nivel registrado en 1999, según la institución.

Las principales calles de la ciudad de Nablús, entre los montes Ebal y Gerizim, en el norte de Cisjordania, que fueron destruidas por topadoras y tanques israelíes hace casi una década, ahora están repletas de automóviles y los semáforos reemplazaron el caos en el tránsito.

El complejo Al Mujamma, con vista a la parte antigua, tiene un centro comercial, un cine y alberga varias empresas y estación de taxis subterránea.

"No es como antes de la Intifada", advierte Basel H. Kanaan, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Nablús, pese a la cantidad de personas que se concentran los sábados en los bulliciosos mercados.

En Jan al Tujjar, en la Ciudad Vieja donde hace siglos se vendías ropas traídas de Damasco y El Cairo, ahora se comercializan productos de mala calidad, procedentes de China.

"Los productos chinos destruyen nuestros negocios", se lamentó Kanaa. Los fabricantes locales apenas pueden competir.

Desde hace tiempo, Nablús ha sido el centro más importante de tejidos y telas teñidas. La industria de la vestimenta solía fabricar ropa barata para los campesinos y la clase media de las ciudades.

Se estima que el subsector emplea actualmente unos 65.000 trabajadores, que contribuyen a 15 por ciento de la producción industrial. Nablús tiene la mayor concentración de empresas textiles. La mayoría de ellas tiene menos de 10 empleados.

Moaz Hlihil tiene 15 empleados en el barrio de Aqaba, en el casco antiguo. Su empresa funciona en una vieja casa de piedra con techo en forma de arco que está llena de ropa, hilos y cajas de madera. En una pared cuelga una fotografía del líder histórico Yasser Arafat (1929-2004), quien declaró unilateralmente la independencia de Palestina en 1988.

"Trabajamos con Israel", señaló Hlihil. "Las oportunidades son limitadas porque vivimos en estado de sitio. El Estado judío es el único mercado que tenemos", apuntó.

La mayoría de los fabricantes palestinos están subcontratados por empresas israelíes, que se benefician de los bajos salarios de Cisjordania.

La fabricación de ropa tiene varias etapas. Una vez que se tiene el diseño, se corta la tela y se cose. Luego se lava, se plancha, se embala y se distribuye. Los palestinos suelen dedicarse al corte. Cuando la ropa llega a Israel, se vende en el mercado local o se exporta con etiqueta israelí.

La empresa de Hlihil es una de las pocas que diseña y corta la tela. "El trabajo es el mismo, es una rutina", explicó. Durante la Intifada siguió produciendo, pese a las difícil conyuntura. "La situación era mala, no mejoró y sigue así", añadió.

Los empleados de Hlihil ganan 20 dólares al día. Los israelíes pagan por pieza. "Es fácil. Si trabajamos, ganamos", indicó. A veces no hay pedidos y los trabajadores se ven obligados a encontrar otra forma de mantener sus ingresos.

Es difícil planificar porque el trabajo depende de la demanda, reconoció.

El desempleo en Cisjordania disminuyó 16,9 por ciento en el último trimestre de 2010, según el Banco Mundial, pero sigue alto.

"Antes de la Intifada solíamos tener trabajo todos los días", señaló Mohammad al Abhbar, uno de los empleados de Hlihil. "Nuestros ingresos eran mejores porque nuestros gastos eran más bajos", añadió.

El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Nablús se mostró contento con la reanudación de los vínculos entre empresarios israelíes y fabricantes palestinos. Kanaan no considera que los subcontratos textiles sean un problema. "Nos dan dinero y nuestra gente tiene trabajo", señaló con una sonrisa.

"En Nablús tenemos comercio, pero no economía", apuntó, con expresión seria. La industria tiene problemas porque muchas fábricas fueron destruidas durante la Intifada. "No se produce valor aquí, sólo hay comercio, que hace circular el dinero de un bolsillo a otro", añadió.

Sólo los fabricantes de muebles mejoraron en Nablús, indicó Kanaan.

"El año 2010 fue excelente, el mejor después de mucho tiempo", señaló Amer Nayef Qatalony, del poblado de Zawata, vecino de esta ciudad.

Cuando el ejército atacó Nablús en 2002 y la ciudad estuvo bajo toque de queda por casi 200 días, la empresa escapó a ar Ram, cerca de Jerusalén, pero en 2006 volvió a esta ciudad. "Desde entonces, nuestra situación mejora lentamente, pero de forma constante", indicó Qatalony.

La competencia china presiona los precios a la baja y pone en peligro a las empresas locales, explicó Qatalony, quien añadió que está seguro de que mucha gente sabe que los muebles palestinos son mejores. "Por suerte, no todos los clientes se fijan sólo en el precio", añadió.

El aumento de las ventas permitió a la compañía tener 90 empleados, respecto de los 30 antes del levantamiento popular de 2000. "Solían venir clientes de Israel y de toda Cisjordania", recordó. La tendencia se recupera lentamente.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith aquí en IPS Inter Press Service.

Mar 31, 2000

artículo: "Activistas piden cese de deportaciones forzadas"

2010-03-31
[en] [de]
Organizaciones de derechos humanos exigen una investigación independiente sobre la muerte de un nigeriano que había solicitado asilo en Suiza y que murió al ser deportado. También demandan el cese de todas las operaciones de repatriación.

El sexto vuelo de deportaciones este año, programado para la tarde del 17 de este mes y con 16 nigerianos a bordo, nunca despegó. Entre los detenidos estaba Alex Uzowulu, de 29 años, cuya solicitud de asilo había sido rechazada. Según la policía del cantón de Zurich, Uzowulu se negó a abordar y "sólo pudo ser obligado por la fuerza". El nigeriano fue atado de piernas y brazos, y se le colocó un casco. Las autoridades informaron que "de pronto mostró problemas de salud". Fue desatado pero no pudo ser reanimado.

El director de la Oficina Federal para las Migraciones, Alard du Boys-Reymond, quien presenció la deportación, le dijo luego a la Televisión Suiza que la policía había actuado profesionalmente. Sin embargo, testigos acusan a los agentes de haber actuado con brutalidad y "como animales". Tras la muerte de Uzowulu, la Oficina suspendió nuevos vuelos especiales de repatriación.

Uzowulu es la primera víctima relacionada con deportaciones forzadas de Suiza en los últimos 11 años. En 1999, un palestino solicitante de asilo murió asfixiado tras ser atado y amordazado con cintas. Dos años después, un nigeriano falleció luego de que policías lo oprimieran contra el suelo.

Una primera autopsia del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Zurich no ofreció claras conclusiones sobre la muerte de Uzowulu. Las autoridades reconocieron que el nigeriano había estado en huelga de hambre en los días previos a su deportación. Sin embargo, sus compañeros de prisión dijeron que el joven se había negado a ingerir alimentos desde hacía más tiempo.

Para Du Boys-Reymond, lo importante no era que Uzowulu hubiera estado o no en huelga de hambre, sino que había sido declarado en buenas condiciones de salud el día de su repatriación. En general, añadió, "sólo personas saludables pueden ser deportadas". Christoph Hugenschmidt, en nombre de la organización defensora de los derechos humanos augenauf, acusó de hipócrita a Du Boys-Reymond. "Hemos documentado decenas de casos en que personas enfermas o poco saludables han sido repatriadas", señaló.

La policía informó que Uzowulu estaba fichado como narcotraficante, pero Hugenschmidt respondió que el nigeriano nunca había sido condenado por un delito así, y acusó a las autoridades de calumnia y difamación.

Suiza se ha adherido al Acuerdo de Schengen sobre control de fronteras - que forma parte de la legislación de la Unión Europea e incluye a algunos terceros países -, pero no ha adoptado aún sus disposiciones, y por tanto sigue manteniendo detenidos a solicitantes de asilo hasta durante dos años antes de su repatriación. Cristina Anglet, de la red de solidaridad Solinetz, y quien regularmente visita en el aeropuerto de Zurich a personas detenidas que esperan su deportación, señaló que, tras la muerte de Uzowulu, por lo menos 10 iniciaron huelga de hambre. "Hice una visita el lunes (22 de este mes). En el cuarto piso, donde había en su mayoría africanos, casi todos rechazaron alimentos. Además, supe de personas que hacían huelga de hambre en el segundo piso", indicó.

Hugenschmidt dijo estar consternado por los esfuerzos de las autoridades suizas para minimizar la situación. "Alguien pudo haber muerto por las consecuencias de una huelga de hambre", señaló. Varias organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, y partidos de izquierda cantonales exigen una investigación independiente sobre la muerte de Uzowulu.

Balthasar Glättli, secretario general de la organización no gubernamental Solidarité sans frontiers Solidarité sans frontières, dijo preferir que la investigación sea hecha por un organismo internacional como el Comité contra la Tortura, de la Organización de las Naciones Unidas.

Como país adherido al Acuerdo de Schengen, Suiza está obligada a implementar la Directiva de Regreso, según la cual debe haber establecido un sistema efectivo de supervisión de repatriaciones para la primavera boreal de 2011. Amnistía Internacional exige que no se realice ninguna deportación forzada sin una supervisión independiente. Aun así, Glättli se muestra escéptico. "Supervisar sólo tiene sentido si los observadores comisionados están presentes durante todo el proceso. Preferiría que los deportados estuvieran acompañados por abogados que pudieran representarlos legalmente y defenderlos".

Glättli señaló que, durante las repatriaciones forzadas, los detenidos son por lo general atados. "Las autoridades toleran la muerte de personas", afirmó. La organización de Glättli lamenta que el derecho de los individuos a su integridad física, y por tanto a su protección ante procedimientos de deportación potencialmente mortales, no es considerado algo más importante que el deseo de Suiza de expulsar a personas indocumentadas de su territorio.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith aquí en IPS Inter Press Service.

artículo: "activistas piden cese de deportaciones forzadas"

2010-03-31
[en] [de]
organizaciones de derechos humanos exigen una investigación independiente sobre la muerte de un nigeriano que había solicitado asilo en suiza y que murió al ser deportado. también demandan el cese de todas las operaciones de repatriación. (...) [>>>]

Dec 29, 1999

artículo: "Rimas rebeldes desde un campo de refugiados destruido"

2009-12-29
[en] [de] [fr]
El hip-hop retumba en las calles barrosas y sin alumbrado de este derruido campamento para refugiados palestinos. Las rimas son valientes y reflejan la vida en este lugar.

"Llevo preocupaciones / Desde dentro de un campamento destruido / Estoy preparando un ataque / Las palabras siguen girando en mi cabeza / Nahr al Bared está cercada con barras de hierro / En los periódicos hablan de sufrimiento / Cada palabra tiene sentido", dice una de las canciones.

Farhan Abu Siyam, de 21 años, es el primer y único rapero de Nahr al Bared, bajo el pseudónimo de MC Tamarrod (que se traduce como 'MC Rebelión'). Creció en los campamentos para refugiados de Nahr al Bared y de Bourj al Barajneh.

Abu Siyam sabe que el hip hop tiene pocos seguidores en la sociedad palestina. "A muchas personas no les gusta porque están contra la música occidental y sus elementos, como el ritmo", señaló. Pero le pide a sus compatriotas que le den una oportunidad al rap, subrayando que no canta en un idioma extranjero, sino en árabe. "Yo rapeo en nuestro dialecto palestino, en el idioma de los campamentos donde nací y crecí", destacó.

Abu Siyam dijo estar inspirado en los grupos 'I-Voice' y 'Katibe 5', del campamento de Bourj al-Barajneh, de Beirut, y en agrupaciones como 'Ramallah Underground' o 'DAM', consideradas fundadoras del hip hop palestino y con letras más comprometidas.

Los raperos palestinos por lo general no se separan de sus orígenes, subrayan su situación de marginación y opresión, y usan sus palabras como armas en las luchas políticas y sociales de su pueblo. Los grupos atacan con sus rimas a la discriminación que sufren aproximadamente 250.000 refugiados palestinos en Líbano, y el rechazo que padecen también de parte de su propia sociedad. Además, acusan a organizaciones no gubernamentales y partidos políticos de ser corruptos y traicionar la causa de su nación.

Abu Siyam ha producido un corto video clip con la ayuda del grupo colectivo de medios autónomos 'a-films'. Frente a una pared llena de agujeros de bala en un edificio derruido, recuerda la devastadora guerra de 2007:

"¿Me preguntas lo que pasó? / Los que golpearon huyeron / Los que pasaron hicieron un saqueo / Y algunos de ellos han incendiado".

Hace dos años y medio, el campamento de Nahr al Bared, en el norte de Líbano, fue destruido por completo por las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) y el grupo armado islámico Fatah al Islam. Dos tercios de los ex habitantes ahora viven en sus afueras en casas derruidas y chozas temporales. Abu Siyam dice que muchas personas cantan o hablan sobre Nahr al Bared, "pero nadie se refiere a la guerra, a la desesperanza y a la opresión".

Nahr al Bared todavía está cerrado y es considerado zona militar por las FAL, que instaló cinco puestos de vigilancia. El acceso está restringido y los periodistas no pueden trabajar libremente. "Estamos rodeados y vivimos como en una prisión. En otros campamentos, las personas pueden ir y venir normalmente", dijo Abu Siyam. La presencia de las FAL en torno a Nahr al Bared es uno de los principales temas del rapero:

"Soy palestino y no me rindo al imperio de su ejército / ¡Dejen de construir este muro! / Desde la primera vez que los vi supe lo que querían / ‘Oye, tú, dame tu identificación, ¿dónde está tu permiso?’"

El ejército libanés señala que los puestos de control y los permisos son necesarios para preservar la seguridad de las personas "impidiendo la infiltración de terroristas y personas buscadas, contrabandistas de armas, explosivos y material ilegal". Pero muchos refugiados se sienten humillados y oprimidos por las FAL. Abu Wissam Gharib, líder en el campamento del Frente Popular para la Liberación de Palestina, dijo entender que se necesitaba un ejército para la guerra. "Pero una vez que la guerra terminó, ¿para qué se queda el ejército?", preguntó. Gharib cuestiona también la exigencia de un permiso especial para regresar a Nahr al Bared cuando puede viajar a cualquier parte de Líbano con su documento de identidad.

Abu Siyam graba sus canciones en el estudio de al-Mukhayyamat, en el campamento para refugiados de Bourj al Barajneh, localizado en los suburbios de Beirut. El artista es conciente del poder de sus letras. "No estamos contra el sistema libanés, pero nos privan de nuestros derechos", afirmó. Los jóvenes palestinos no tienen futuro en Líbano y ven la emigración como una salida. Cuando una delegación de países donantes visitó Nahr al Bared recientemente, los residentes de las unidades de vivienda temporales no pidieron más asistencia, sino visas para poder emigrar.

En Nahr al Bared, la lenta reconstrucción y la continua presencia de las FAL han contribuido al desempleo. Charlie Higgins, administrador de proyectos para la reconstrucción de Nahr Al Bared de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, dijo que la situación en el campamento está "atascada", pues la economía no ha mejorado desde la guerra.

Abu Siyam espera que, si Nahr al Bared es reconstruido, tenga un estudio de grabación cercano. Ahora debe viajar a Beirut para grabar dos nuevas canciones.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith aquí en IPS Inter Press Service.

artículo: "rimas rebeldes desde un campo de refugiados destruido"

2009-12-29
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el hip-hop retumba en las calles barrosas y sin alumbrado de este derruido campamento para refugiados palestinos. las rimas son valientes y reflejan la vida en este lugar. (...) [>>>]

Apr 30, 1998

artículo: "¿quién incendió nahr al-bared?"

2008-04-30
[en] [de]
desde el 10 de octubre, a los residentes del destruido campamento de refugiados nahr al-bared se les ha permitido gradualmente volver a las ruinas de sus hogares. sin embargo, el centro del campamento, el llamado «campamento viejo», y algunas partes del «campamento nuevo», continúan cerrados y bajo control exclusivo del ejército libanés. (...) [>>>]

artículo: "¿Quién incendió Nahr al-Bared?"

2008-04-30
[en] [de]
Desde el 10 de octubre, a los residentes del destruido campamento de refugiados Nahr al-Bared se les ha permitido gradualmente volver a las ruinas de sus hogares. Sin embargo, el centro del campamento, el llamado «campamento viejo», y algunas partes del «campamento nuevo», continúan cerrados y bajo control exclusivo del ejército libanés.

El 31 de marzo de 2008, el ejército libanés permitió el acceso a algunas decenas de casas en las calles Sahabe y Majles, cerca del campamento viejo de Nahr al-Bared. En la calle Majles se abrieron 20 edificios de un lado de la calle, mientras que los demás continúan cercados con alambre de púas y puestos de control del ejército. La mayoría de estos edificios eran el hogar al menos tres familias, ya que tenían varios pisos.

Cuando las personas entraron en sus hogares, encontraron que muchas de sus pertenencias como muebles, ropa y electrodomésticos, incluidos televisores, refrigeradores, computadoras, cocinas de gas y lavadoras, han desaparecido sin dejar rastro. En los casos en que las pertenencias no han desaparecido están quemadas o destruidas intencionadamente. Incluso habían desaparecido los marcos de las ventanas y puertas, las propias puertas o partes de los baños como los excusados o las bañeras.

Los 20 edificios tienen señales de incendios; en algunos casos habitaciones enteras, e incluso el piso entero, se han quemado totalmente. En muchos casos existe la evidencia absoluta de que se utilizaron los muebles para prender el fuego en las casas. En el centro comunitario al-Majles, por ejemplo, el fuego se originó en tres puntos diferentes. Por lo menos en 16 edificios se han encontrado en las paredes restos de líquidos inflamables, incluidos petróleo y gasolina. Por eso muchos residentes dudan de que los incendios se debieran a bombardeos o granadas, y sospechan que los soldados libaneses prendieron fuego manualmente a sus casas.

En muchas viviendas había restos de pintadas racistas e insultantes dirigidas a los residentes de Nahr al-Bared y los refugiados palestinos en general. En algunos casos, el propio ejército pintó sobre las pintadas antes de abrir las casas a sus residentes.

Desde la fecha oficial del final del enfrentamiento, a principios de septiembre de 2007, hasta el 30 de marzo de 2008, toda la calle Majles estuvo exclusivamente bajo el control del ejército libanés. Por lo tanto, el ejército tiene toda la responsabilidad por cualquier cosa que haya ocurrido en la zona y las casas durante este período.

La calle Al-Majles sirve como ejemplo para la totalidad del campamento Nahr al-Bared. Hay claras evidencias de un amplio y sistemático saqueo, destrucción intencionada e incendios provocados en todo el campamento. El carácter sistemático de estos acontecimientos demuestra la implementación de una política de desposesión colectiva.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith, un miembro de a-films, en Electronic Intifada.

Apr 8, 1998

artículo: "la marginación 'humanitaria' de nahr al-bared"

2008-04-08
[en] [de] [it]
el 5 de abril de 2008, un reportaje televisivo del canal en inglés de al jazeera sobre el destruido campamento de refugiados palestinos de nahr al-bared, en el norte de líbano, es un ejemplo de la marginación mediática del citado campamento y su reubicación como una simple cuestión humanitaria en detrimento de su dimensión política. desde que el enfrentamiento entre el ejército libanés y el grupo militar islamista fatah al-islam se trasladara desde las calles de trípoli al campamento de nahr al-bared, por estas fechas del año pasado, los medios de comunicación, en su mayor parte, sólo han informado de la contienda entre el ejército y el grupo islamista. en las contadas ocasiones en que los medios han cubierto la situación que viven los más de 30.000 palestinos residentes en el campamento que huyeron durante los enfrentamientos, su enfoque informativo se ha limitado a los problemas humanitarios que ellos enfrentan, ignorando las manifiestas preguntas políticas que sólo los habitantes del campamento parecen hacerse. (...) [>>>]

artículo: "La marginación 'humanitaria' de Nahr al-Bared"

2008-04-08
[en] [de] [it]
El 5 de abril de 2008, un reportaje televisivo del canal en inglés de Al Jazeera sobre el destruido campamento de refugiados palestinos de Nahr al-Bared, en el norte de Líbano, es un ejemplo de la marginación mediática del citado campamento y su reubicación como una simple cuestión humanitaria en detrimento de su dimensión política. Desde que el enfrentamiento entre el ejército libanés y el grupo militar islamista Fatah al-Islam se trasladara desde las calles de Trípoli al campamento de Nahr al-Bared, por estas fechas del año pasado, los medios de comunicación, en su mayor parte, sólo han informado de la contienda entre el ejército y el grupo islamista. En las contadas ocasiones en que los medios han cubierto la situación que viven los más de 30.000 palestinos residentes en el campamento que huyeron durante los enfrentamientos, su enfoque informativo se ha limitado a los problemas humanitarios que ellos enfrentan, ignorando las manifiestas preguntas políticas que sólo los habitantes del campamento parecen hacerse.

En la tarde del 3 de abril, el equipo del canal en inglés de Al Jazeera, junto con personal del aparato de seguridad del ejército libanés, apareció en la calle Majles, en Nahr al-Bared. Hasta entonces, el ejército libanés había prohibido la toma de imágenes y fotografías en Nahr al-Bared. En los numerosos puestos de control, tanto dentro como fuera del campamento, se cacheaba a las personas en busca de cámaras, y los equipos encontrados estaban sujetos a confiscación. A los periodistas en general no se les permite el ingreso al campamento, y en los casos en que obtienen el permiso necesario, deben ir escoltados por soldados y agentes del aparato de seguridad.

El reportaje de Al Jazeera, de tres minutos de duración, titulado “El regreso de los refugiados a Nahr al-Bared” se centró en los trabajos planificados para despejar el destruido campamento y en la deficiente infraestructura que encuentran los residentes que poco a poco regresan, así como los planes del comité de reconstrucción del campamento para reconstruirlo en los próximos dos años. Estos aspectos, que pueden ser descritos como preocupaciones humanitarias, son relevantes en la medida en que preocupan a muchos refugiados, y Al Jazeera los ha cubierto de una manera más o menos responsable.

Sin embargo, el limitado alcance humanitario ignora totalmente la dimensión política de la situación en Nahr al-Bared. Al Jazeera no menciona la masiva presencia y el papel político del ejército y los servicios de seguridad libaneses en el campamento. La destrucción del campamento es presentada como el resultado “normal” de una contienda militar, cuyo relato no es puesto en duda a pesar de que las ruinas de los edificios ofrecen una palpable evidencia de saqueo, destrucción intencionada e incendio premeditado. También queda sin responder la pregunta de si la destrucción, aparentemente sistemática, es el resultado de órdenes motivadas políticamente. De hecho, a pesar de que muchos de los muros de las viviendas contienen restos de manchas de petróleo, las imágenes captadas por Al Jazeera sólo incluyen estructuras donde esta destrucción no es visible.

La reportera de Al Jazeera Zeina Khodr señala en el reportaje: “Cerca de 10.000 [residentes que fueron desplazados durante la contienda] han vuelto a Nahr al-Bared en los últimos meses, pero sólo a alojamientos en las afueras del campamento.” Khodr no menciona que a muchos refugiados aún no se les permite volver ya que el acceso al campamento requiere de permisos del ejército y de los servicios de seguridad libaneses. Muchos no han podido obtener los permisos necesarios que podrían permitirles pasar a través de los muchos puestos de control donde las fuerzas libanesas controlan todo movimiento, tanto dentro como fuera del campamento.

Khodr continúa señalando: “Detrás de estos edificios se encuentra una zona conocida como el campamento viejo. Fue reducido a escombros durante los enfrentamientos del año pasado y continúa cerrado mientras el ejército sigue en busca de municiones. Muchos de los habitantes del campamento, cerca de 20.000 refugiados [sic], vivían aquí, y no podrán volver por el momento.” Las palabras de Khodr llevan a la conclusión de que el campamento viejo resultó dañado hasta este punto debido a los enfrentamientos entre Fatah al-Islam y el ejército libanés. Lo que la reportera no menciona es que muchas casas fueron de hecho incendiadas y demolidas después de terminada la contienda, y cuando sólo el ejército libanés se encontraba en el campamento viejo. Además, no se cuestiona cómo éste pudo ser completamente arrasado (ni una sola estructura permanece intacta) durante los enfrentamientos.

Al no poner en duda ni revelar sus fuentes cuando [Khodr] señala que el campamento viejo sigue siendo inaccesible ya que se debe limpiar de municiones, Khodr le otorga al ejército libanés el beneficio de la duda. Si se hubiera entrevistado con los habitantes del campamento, le podrían haber revelado el temor compartido por muchos de que la afirmación del ejército libanés de que podría haber explosivos sin detonar es una excusa para impedir intencionadamente la apertura del campamento viejo, y, por lo tanto, retrasar su reconstrucción. Por otra parte, debería haber sido mencionado que, incluso en los escombros de las casas a las que se pudo acceder –teóricamente limpias de minas— los refugiados que han retornado han encontrado bastantes explosivos sin detonar.

Con reportajes como éstos, donde la noticia se limita a la situación humanitaria en el campamento, el canal en inglés de Al Jazeera y otros medios de comunicación de referencia no informan sobre la total dimensión del problema que enfrentan los palestinos en Nahr al-Bared. En lugar de realizar una investigación crítica, estos reportajes simplemente aceptan y repiten la versión oficial del Gobierno y del ejército libaneses sobre lo que sucedió y continúa sucediendo en el campamento de refugiados. Esto, por supuesto, en perjuicio de los 30.000 refugiados palestinos que, una vez más, se encuentran desalojados de sus casas, robados, humillados y oprimidos. Y lo que es más, si la situación de Nahr al-Bared no se cuestiona se presta a que se repita en algún otro de los muchos campamentos de refugiados en Líbano.

Artículo original publicado en inglés por Ray Smith, un miembro de a-films, en Electronic Intifada.